Acto primero:
Al abrirse el telón vemos una habitación blanquísima, de muros gruesos y
puertas con forma de arco. Está decorada con cortinas de yute rematadas con
madroños y volantes. También hay sillas de anea y varios cuadros con paisajes
inverosímiles, en los que están representados ninfas y reyes de leyenda.
Al principio del acto, se oyen doblar las campanas de la iglesia.
Las mujeres van vestidas de luto y llevan abanicos. Josefa, en cambio, no
viste de negro, y lleva flores tanto en la cabeza como en el pecho además de
anillos y pendientes de amatista. Bernarda lleva un bastón que simboliza el
poder que tiene en la casa.
Aunque no aparece en escena con este vestuario, sabemos que Adela lleva un
vestido verde por el diálogo entre Amelia y Magdalena, en el que esta última
dice “¡Ah! Se ha puesto el traje verde que se hizo para estrenar el día de su
cumpleaños, se ha ido al corral y ha comenzado a dar voces.”
Acto segundo:
En la misma habitación blanca, cuyas puertas de la izquierda comunican con
los dormitorios, aparte del atrezo nombrado anteriormente encontramos unas
sillas bajas, en las que se sentarán los personajes.
La vestimenta es igual a la del primer acto.
A mediados de este acto, oímos unas campanillas lejanas y un canto de mozos
que se acerca acompañado de panderos y carrañucas. Después este canto se aleja
y la escena queda en silencio.
Acto tercero:
Los personajes ahora se encuentran en el patio interior cuyas paredes son
blancas azuladas. El escenario está decorado con una perfecta simplicidad. Es
de noche y las puertas están iluminadas por las luces interiores. En el centro
de la habitación se encuentra una mesa con un quinqué donde los personajes
están comiendo.
Las mujeres van vestidas con enaguas blancas. Adela además lleva un
corpiño. Martirio también lleva un pequeño manto de talle y Bernarda el ya
nombrado bastón y un mantón negro.
Al principio del acto se escucha un caballo dando coces contra un muro, al
que hace referencia Bernarda con la frase “ El caballo garañón, que está
encerrado y da coces contra el muro. ¡Trabadlo y que salga al corral” lo que
simboliza que algo malo va a ocurrir.
En la mitad del acto se oyen lejanísimas unas campanas que indican el toque
de queda.
Cerca del final se oye un silbido y Adela corre a la puerta a encontrarse
con el que hombre que había silbado, su amante.
Al final, oímos el disparo que da Bernarda, a raíz del cual Adela se
suicida pensando que ha muerto su amante.
En conclusión, cada elemento de la escenografía tiene más importancia de la
que aparenta y nos permite deducir detalles del argumento que a simple vista se
nos pasarían por alto.