środa, 7 stycznia 2015

Roberto Emilio Gofredo Arlt, “La isla desierta”



Roberto Emilio Gofredo Arlt, argentino nació en Buenos Aires 2 de abril de 1900. Fue la persona muy talentosa en muchas ramas. Escribió no solo obras teatrales pero fue también novelista, cuentista, periodista además, inventor. Era hijo de inmigrantes de prusia quien han buscado la vida mejor. En la casa de Roberto Arlt se hablaba en alemán que era su lengua materna. En infancia llevaba el sello de las relaciones muy difíciles con su padre. Decidió juntar su vida con el arte. La novela “El juguete rabioso” era su primera obra que escribió en 1926. 
            “La isla desierta” es una obra dramática estrenada en el primer teatro independiente en Argentina como se llama “El teatro del pueblo” que es el primer teatro independiente en Argentina. En este teatro Roberto Emilio Gofredo estrenó su primera obra y tenía vinculación de todo su vida en este lugar. El espacio de la obra es urbano en el puerto de Buenos Aires, como se puede encontrar también en unas otras de este autor. Problemática de la obra es muy típica para aquellos tiempos. En la ciudad hasta 1930 faltaba tiempo la gente tenía mucha prisa y el mundo sufría de la deshumanización patente. También las problemas con convivencia y emigración. Entre los versos Roberto Arlt está preguntando qué existe el progreso o no.
 Es una burlería en un acto con diálogos, una historia que tiene un mensaje dirigido al hombre. Las personas que viven en el mundo caótico que se aparece imaginario, pero tiene también su significado en realidad, lógico. Típico para Roberto Arlt un autor realista que en sus obras a veces usa los elementos fantásticos.  El autor expresa el humor negro un poco absurdo. En la obra tenemos diálogos que desde punto de vista absurdo a veces les faltan lógica, sentido. Las personajes sueñan sobre la vida mejor buscando una alternativa para mejorar estado de ánimo, encontrar otros posibilidades y nuevo estilo de vida pero no pueden conseguir.
La acción de la obra transcurre en la oficina de aduanas en Buenos Aires en la décima planta de un edificio. Hay once personajes: tres Empleadas, dos Empleados, El Jefe, Manuel, María, Cipriano ( Mulato ), Director, Tenedor de libros. Los personajes no están caracterizados de forma individual. Salvo el caso del mulato Cipriano que el autor utiliza para expresar algo con su lenguaje y provocar el humor. Los únicos personajes que tienen nombre y algún rasgo singular son Manuel y María, oficinistas de toda la vida que van a cometer el error de soñar con una isla desierta, dando así nombre a la obra. No hay caracterizacion física, solo los profesiones que desempeñan. Enseña cuanto tiempo pasan en la oficina y un significado de trabajo en su vida. Las oficinistas tienen una realidad muy triste. Encontramos a los empleados, “desdichados” con montón de la burocracia administrativa, quienes pasan buena parte de sus vidas con montañas de papeles y documentos que hay más y más. El mundo gris y cuadriculado de la oficina contrasta con lo que sucede más allá de los ventanales, las cosas mejores que “la vida en la oficina”. La ventana tiene grande importancia y influencia en los personajes sus vista de vida además, el trabajo. Se puede ver eficiencia del pasado frente a la inoperancia de presente. Sobre todo el aire fresco, el sonido de los buques el sol, la luz del día que es un símbolo positivo al contrario lo que pueden encontrar en oscurridad de la oficina.
Para el Empleado 1.º “Uno estaba allí tan tranquilo como en el fondo de una tumba” y Manuel afirma que allí se sentían “como una lombriz solitaria en un intestino de cemento” Ascender al décimo piso del bloque de oficinas no es sólo una forma de subir físicamente, sino sobre todo espiritualmente. La visión que tienen del puerto, de las calles y de los buques los acerca a una realidad que ha estado fuertemente reprimida y que acaba presentándose como un deseo, como una ensoñación.

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